Fernando Mires - FINITUDES
Osvaldo Monsalve - Croquis
SOLICITUD
Dame la luz en medio de la oscuridad,
la voz antes del sonido,
el amor que no se dice:
SOLICITUD
Dame la luz en medio de la oscuridad,
la voz antes del sonido,
el amor que no se dice:
La locura, dame la locura.
Dame el tiempo que necesito para ser.
Dame la flor blanca de tu invierno,
la lentitud de tus pasos,
la noche del amanecer en la caída triste de tus ojos.
Dame la fe, dame un signo, el momento de ser nada,
la intuición triste de mi otoño:
El altar y la altura, el pálpito, también el trino,
dame cualquier cosa: quizás otro verano
lo que sea, lo que tú creas, lo que tú digas.
Dame por último lo que te dé la gana.
Pero dámelo.
SOMBRAS
Recuerdo a las sombras más oscuras de la noche
Y a las luces que las hicieron posible,
a una mujer saliendo del bar, llorando
y a una calle avanzando, a lo largo de las piedras
La casa iluminada de la esquina, la otra sombra,
el brillo del cuchillo,
y el grito. Ese terrible grito.
Y luego, otras sombras
Después no hubo más ........
DEL SER FUE SU SIMPLE RÉPLICA
De la nada a la nada,
del vacío al vacío
ha cumplido con la forma
sacral de la inteligencia y de la prosa.
Por ejemplo:
en su canto breve al sol,
en el trabajo cotidiano,
en los días que pasaron sin volver
en los relojes enmohecidos por el tiempo
y en esa mirada que salió de su boca
un día
con amor.
Del ser fue, sin embargo, su réplica,
Dejó un par de recuerdos. Lo sé:
unas pantuflas, una sábana arrugada,
unos oscuros poemas genitales
escondidos bajo una clave secreta de internet.
Nadie los leerá.
Pero para eso precisamente los escribió.
Miró de pronto hacia la luz,
la noche quedó atrás,
una música sin ritmo
y sin tiempo, una música tantan
de agua, arroz y pan.
Nada más lo acompañó.
Y la palabra exacta
la que siempre buscó
no apareció jamás.
No, no: esa palabra nunca apareció
FINITUD
Entras al Umbral
donde hay muchos atrases
y muy pocos delantes
ajustas cuentas con el tiempo ido,
aunque las brevas por las que me preguntas
volverán a verdecer,
y el cielo será el mismo de siempre,
y todo retornará a sus aguas: como debe ser.
La vida sigue su curso
Uno es un simple momento de una historia sin final
Uno es el encuentro estrellado
Entre un pasado infinito con un futuro infinito
Eres al fin la hija finita del tiempo infinito
Eres del tiempo su solo punto equinoccial.
Pero ese tiempo también eres tú.
¿Cómo explicarlo mejor?
Mira el reloj, no la hora.
Miráte después en el espejo.
Cierra enseguida tus ojos
Y todo lo que no ves, eso eres tú.
Y eso serás tú
Dame el tiempo que necesito para ser.
Dame la flor blanca de tu invierno,
la lentitud de tus pasos,
la noche del amanecer en la caída triste de tus ojos.
Dame la fe, dame un signo, el momento de ser nada,
la intuición triste de mi otoño:
El altar y la altura, el pálpito, también el trino,
dame cualquier cosa: quizás otro verano
lo que sea, lo que tú creas, lo que tú digas.
Dame por último lo que te dé la gana.
Pero dámelo.
SOMBRAS
Recuerdo a las sombras más oscuras de la noche
Y a las luces que las hicieron posible,
a una mujer saliendo del bar, llorando
y a una calle avanzando, a lo largo de las piedras
La casa iluminada de la esquina, la otra sombra,
el brillo del cuchillo,
y el grito. Ese terrible grito.
Y luego, otras sombras
Después no hubo más ........
DEL SER FUE SU SIMPLE RÉPLICA
De la nada a la nada,
del vacío al vacío
ha cumplido con la forma
sacral de la inteligencia y de la prosa.
Por ejemplo:
en su canto breve al sol,
en el trabajo cotidiano,
en los días que pasaron sin volver
en los relojes enmohecidos por el tiempo
y en esa mirada que salió de su boca
un día
con amor.
Del ser fue, sin embargo, su réplica,
Dejó un par de recuerdos. Lo sé:
unas pantuflas, una sábana arrugada,
unos oscuros poemas genitales
escondidos bajo una clave secreta de internet.
Nadie los leerá.
Pero para eso precisamente los escribió.
Miró de pronto hacia la luz,
la noche quedó atrás,
una música sin ritmo
y sin tiempo, una música tantan
de agua, arroz y pan.
Nada más lo acompañó.
Y la palabra exacta
la que siempre buscó
no apareció jamás.
No, no: esa palabra nunca apareció
FINITUD
Entras al Umbral
donde hay muchos atrases
y muy pocos delantes
ajustas cuentas con el tiempo ido,
aunque las brevas por las que me preguntas
volverán a verdecer,
y el cielo será el mismo de siempre,
y todo retornará a sus aguas: como debe ser.
La vida sigue su curso
Uno es un simple momento de una historia sin final
Uno es el encuentro estrellado
Entre un pasado infinito con un futuro infinito
Eres al fin la hija finita del tiempo infinito
Eres del tiempo su solo punto equinoccial.
Pero ese tiempo también eres tú.
¿Cómo explicarlo mejor?
Mira el reloj, no la hora.
Miráte después en el espejo.
Cierra enseguida tus ojos
Y todo lo que no ves, eso eres tú.
Y eso serás tú
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