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Mostrando entradas de mayo, 2022

Fernando Mires - EL DISCURSO DE LA GUERRA

  Sea en Foucault o en Habermas, en Derrida o en Lyotard, o en otros que han aplicado su entendimiento a descifrar la lógica del discurso, podríamos llegar a un denominador común:  la realidad política es discursiva , lo que quiere decir -siguiendo a Juan el evangelista- primero está la palabra (el verbo, el logos). Todo lo demás viene después.  La realidad política es discursiva quiere decir también que la con-formamos a través de las tres dimensiones de la palabra: el pensamiento, el habla, la escritura . De la conjunción de esas tres dimensiones surge lo que llamamos el discurso público del que somos partícipes, ya sea cavilando, discutiendo, o escribiendo, El discurso del discurso . En la formación de un discurso pueden intervenir todos los propietarios de la palabra, y esa posibilidad de intervención es la base de aquel orden político surgido en la polis griega, al que llamamos democracia. La expresión gramatical practicada en común, surge y recrea a una realidad cruzada por línea

Fernando Mires - UCRANIA; LA RAZÓN Y LA MORAL

  Decía Kant que entre moral y política no hay ninguna contradicción, y cuando esta aparece, algo anda mal en la política, o algo anda mal en la moral. En consecuencia, si esta contradicción es constatada, importa mucho realizar el correspondiente ajuste para que moral y política no aparezcan desfasadas entre sí. Lo expuesto no significa que Kant hubiera dicho que política y moral sean lo mismo. Solo afirmó que la política no debe prescindir de un sustrato moral, lo que es distinto. En ese sentido Kant puede ser visto como un anti-Maquiavelo. Pero que Maquiavelo haya separado a la moral de la política no se debe a que Maquiavelo hubiera sido muy maquiavélico, sino al simple hecho de que en su tiempo la razón política estaba recién apareciendo en contraposición a la razón teológica. Maquiavelo, de ahí viene su gloria, intentó emancipar a la política del pensar teológico, y lo logró. Ese mérito nadie se lo va a quitar. Pero transformar a la política en la simple consecución de objetivos

Fernando Mires - RUSIA: EL RETORNO DEL TOTALITARISMO

  Imposible hablar de totalitarismo sin referirnos a la clásica obra de Hannah Arendt T he O r igins of Totalitarism . En alemán:   Elemente und Ürsprunge totaler Herrchaft   (elementos y orígenes de la dominación total) El título alemán es más largo pero más preciso, pues Arendt va mucho más allá de la indagación sobre los orígenes históricos del fenómeno totalitario. Sin caer en tipologías de estilo weberiano, Arendt ofrece una caracterización conceptual muy necesaria para quienes no vacilan en endilgar el concepto de totalitarismo a cualquiera dictadura o autocracia de las muchas que aparecen y seguirán apareciendo en este desdichado mundo. Fue por eso que para diferenciar, propusimos en otro texto una escala provisoria que comienza por un gobierno autoritario, sigue por una autocracia, continúa por una dictadura militar y culmina en el totalitarismo. El totalitarismo podría ser visto como la forma más alta (o la más baja, depende desde donde mir e mos) de los sistemas de dominación

Fernando Mires - POR UN PACIFISMO POLÍTICO

No hay nada peor que una guerra. Lo estamos viendo día a día en la pantalla. Y la peor de todas las guerras es aquella donde la población civil es convertida en objeto preferencial de ataque. Como en Ucrania donde Putin ya ha ganado, junto a Stalin, Hitler, Mao, Milosevic, el poco honroso título de genocida. La de Putin, lo muestra las ciudades hecha añicos que han dejado sus tropas, pasará a la historia como guerra de exterminio. Por eso ya no dudamos en calificar a Putin como una de las representaciones del mal sobre la tierra. Un engendro del demonio, como dijo Churchill de Hitler. No hay nada peor que una guerra, porque una guerra saca hacia afuera la maldad escondida en la condición humana, que es mucha, aunque a veces, en condiciones normales, necesaria, pues es la parte de nuestro ser que nos permite reaccionar en búsqueda del bien. No nos referimos, en eso hay que ser cuidadosos, a una supuesta bondad o maldad natural. Si somos buenos o malos no es por causa de la naturaleza.