Fernando Mires - ALEMANIA DESPUÉS DE MERKEL: UNA DISTOPÍA
La diferencia es que las distopías son negativas y las utopías, cuando no son positivas, son idílicas. Hay, además, otra diferencia: las distopías tienen, de hecho han tenido, más posibilidades de imponerse sobre la realidad que las llamadas utopías. La razón es simple: mientras las utopías son deseos -individuales o colectivos- las distopías surgen de miedos no deseados pero sí situados en condiciones precisas y visibles. En breve: mientras las utopías imaginan un futuro, las distopías lo proyectan. ¿Desde dónde? Desde la realidad del presente, naturalmente. Las distopías proyectan tendencias existentes sobre la base de miedos reales. Una de las más recientes distopías, recordemos, fue la construida por Michel Huo e levec q en su muy comentada novela Sumisión . Allí el escandaloso escritor francés no inventó nada. Todo lo contrario: partió de la observación derivada de la existencia de una población creciente que proviene de los países islámicos. De modo que puede ser posible