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Mostrando entradas de julio, 2019
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  R ayo, marco, anoto y escribo con letras que nadie, a veces ni yo mismo, logrará descifrar. Cada libro que pasa por mis manos queda convertido en un esperpento. Ninguno se salva de la masacre que cometo en esos márgenes que parecen hechos para dejar ahí imborrable testimonio de mi “genialidad”.  El tango de la Guardia Vieja  de Arturo Pérez-Reverte quedó también convertido en una lástima después de mi lectura. Resultado de un indirecto dialogo mantenido con el escritor durante un par de días –más no demoré en leer sus 500 y tantas páginas- en las cuales obtuve ese placer que permanece en uno cuando ve, parafraseando a la Violeta, “el fruto del cerebro humano”. Una novela que me llevó a pensar más allá de su trama. Por de pronto, a pensar en lo que no se puede dejar de pensar cuando uno piensa: en el tiempo y sus espacios. Tres tiempos y tres espacios: El Buenos Aires de fines de los a ñ os veinte; Niza bajo el impacto del fascismo, sus acérrimos espías y la guerra civil española. Des

Fernando Mires - HEGEMONÍA Y UNIDAD EN LA OPOSICIÓN VENEZOLANA

  ¿Quién, aparte de los miembros del régimen de Maduro, no quiere la unidad política de la oposición venezolana? El por mí muy respetado Simón García en uno de sus más recientes artículos la sitúa incluso en el primero de un trato de tres pisos, previo a la unión entre la oposición y el gobierno más las elites nacionales, en aras de lograr el crecimiento económico, el desarrollo humano y la gobernabilidad democrática. Lo entendemos así: sin unidad de la oposición no habría salida posible a la crisis integral que hunde a Venezuela. Pero - y aquí cabe la incómoda pregunta -   ¿Es posible esa unidad?   Es la primera pregunta que deberíamos plantearnos. Luego vienen otras más secundarias como por ejemplo ¿es necesaria esa unidad? Y tal vez una tercera: ¿es deseable esa unidad? Unidad absoluta y unidad hegemónica Partimos de una premisa:  la unidad absoluta presupone la eliminación de las diferencias lo que políticamente hablando es imposible.  Pero aún si fuera posible no sería necesaria,

Fernando Mires - LA VÍA GRIEGA HACIA LA NORMALIDAD

  12.07.2019 Cada vez que hay elecciones en algún país europeo preguntamos antes que nada cuánto ha avanzado la extrema derecha o la extrema izquierda, síntoma que delata un momento histórico cuya tónica ha sido el crecimiento de los extremos en desmedro del centro político. Pero no solo eso: no pocos publicistas han hecho referencia al deterioro del tronco de la política europea, aquel que crece desde sus tres raíces históricas: la conservadora, la liberal y la socialdemócrata. Y bien: en Grecia, el candidato de Nueva Democracia, el conservador Kyriakos Mitsotaki, miembro de lo más granado de las elites sociales y políticas, obtuvo una aplastante victoria por sobre el carismático Alexis Tsipras y su partido Syriza. Un 39, 9% nada menos. Resultado que le permitirá gobernar sin compromisos, vale decir, sin necesidad de contraer complejas coaliciones cuyo objetivo final suele ser desfigurar el programa del candidato vencedor. En síntesis: un triunfo del núcleo tradicional de la política

Fernando Mires - ESA PROVINCIA LLAMADA EUROPA

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  Si escribo “Europa es una provincia“, hay dos modos de entender la frase. Uno, en el sentido de una provincia global. Otro, en el sentido de una política provinciana. De acuerdo al primer modo la frase apunta a una utopía, a la de un orbe formado por diferentes provincias, ex naciones en un país mundial, todas articuladas entre sí a través de correspondientes instituciones en un espacio que alguna vez será de todos. Esa Europa una vez soñada por Immanuel Kant pertenece al futuro, aunque algunos de sus signos, como si fueran flores de invierno, ya asoman en nuestro tiempo. De acuerdo al segundo modo la frase apunta a una distopía: la de una Europa de los macro y micro nacionalismos, de mezquindades locales, de caudillismos regionales, de intereses egoístas de partidos y gobiernos autocráticos. Apunta, además, a la restitución de esa Europa que se formó en el siglo XlX y vivió su apogeo horroroso con sus invasiones coloniales, con sus genocidios, sus dos guerras mundiales y sus millone

Fernando Mires - LA MALDICIÓN DE LA POLÍTICA

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  (Alrededor de los libros, 05.07. 2019) Si el tiempo que todo lo sabe lo permite, ya encontraré la ocasión para referirme en extenso a la obra literaria de la argentina Claudia Piñeiro, en mi opinión una de las escritoras más notables, tal vez la más, del habla hispana de nuestro tiempo. De ella -desde su “Las viudas de los jueves” hasta “El comunista en calzoncillos”- he leído todas sus novelas. Mi conclusión: A diferencia de la mayoría de los escritores, incluso de los más grandes, Claudia Piñeiro no conoce altibajos. Todas sus novelas son magníficas. Sin embargo, esta vez, e impulsado por motivos no puramente literarios me limitaré a escribir “alrededor” de su novela “Las Maldiciones”, una que toda persona que se interese por el espinudo tema de la política, guste o no de la literatura, debería leer. Si me preguntaran por el género de la novela diría que en gran parte se trata de una sátira, en este caso de una sátira a una especie – no sé si mayoritaria o no – de la política moder